Andalucía no quiere la guerra 1

Andalucía no quiere la guerra

BEGOÑA IZA

Begoña Iza

Profesora

Aquí, en la falda de las colinas, ante el ocaso

y las fauces del tiempo,
junto a huertos de sombras arrancadas,
hacemos lo que hacen los prisioneros,
lo que hacen los desempleados:
alimentamos la esperanza.

[…]

En Estado de sitio (2002), el poeta palestino Mahmud Darwish refleja con crudeza el sufrimiento y la lucha por la supervivencia del pueblo palestino bajo la opresión israelí. En el poema, mucho más largo que estos seis primeros versos, Darwish recoge las noches en vela y los bombardeos, habla de cómo la vida se torna espera y tiempo muerto: es solo vida a medias. “No me queda un rincón que perder”, se lamenta el protagonista, que espera a la muerte en un refugio. “Los soldados calculan la distancia entre el ser y la nada con la mirilla del tanque”. Y finaliza: “Vosotros, los apostados en el umbral de las casas, /largaos de nuestras mañanas, /necesitamos creernos seres humanos como vosotros”.

Esta conocida obra fue escrita durante el cerco israelí a la ciudad de Ramallah (Cisjordania) en 2002, con el que el gobierno de Ariel Sharon asedió durante semanas el cuartel general del por entonces presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasir Arafat. Sharon calificó a Arafat como "el enemigo del mundo libre". Hoy, en 2023, en esta nueva campaña de exterminio del pueblo palestino, el enemigo es el grupo terrorista gazatí Hamás. Esto demuestra que Israel siempre tiene una buena excusa para atacar, no importa cuál sea el blanco al otro lado: ya sea el máximo representante político de palestina, ya sean un grupo terrorista o civiles, campos de refugiados, escuelas, hospitales, periodistas o cooperantes, tal y como estamos viendo estas últimas semanas.
El enemigo son todos. Hasta que se acabe con el enemigo.

Desde 1947, Israel no renuncia a su plan de conquista salvaje de todo el territorio palestino y, detrás de Israel, los EE.UU. apoyan todas sus actuaciones diplomática y militarmente. Llegados a este punto, podemos preguntarnos qué pinta Andalucía en este complejo nudo geoestratégico mundial. Lamentablemente, juega un papel importante a causa de las dos bases militares estadounidenses emplazadas en Rota y Morón. Hoy en día, Rota es el pilar marítimo del escudo antimisiles de la OTAN, con buques destructores y radares avanzados, y Morón goza de una de las pistas de aterrizaje más grandes de Europa. Es decir, los EE.UU. intervienen en los conflictos de Oriente Medio y Próximo desde suelo andaluz. Sus aviones, armas, municiones y soldados salen dispuestos a la guerra desde suelo andaluz. Qué pena tan grande.

Qué pena que Andalucía se vea implicada en guerras injustas y que nunca responden a nuestros intereses. Qué pena ser utilizada por terceros países para la obtención de recursos naturales y poder. Qué pena pensar que los palestinos están pasando miedo y muriendo a manos de quienes usan las bases andaluzas para escarmentar a un pueblo, el palestino, que ni tiene ejército, ni tiene gobierno reconocido, ni poder, ni recursos naturales. Que, por eso mismo, no le importa a nadie.

Yo sueño con una Andalucía que diga “Basta” a las bases militares de la OTAN y lucho por que se defiendan los derechos humanos y la existencia de Palestina. Ante situaciones extremas como la que vive Gaza hoy, el silencio es cómplice. Andalucía debe plantearse de qué lado está: si del lado de quienes siempre ganan avasallando, conquistando y oprimiendo, o de la paz, la seguridad del pueblo y la justicia social. No dejemos que la OTAN nos implique en sus intereses imperialistas. Exijamos el alto al fuego en Gaza. Y que se lleven sus bases, sus asesinatos y su violencia fuera de Andalucía.

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